El 13 de octubre se fijó como el día para celebrar y conmemorar a los y las profesionales de la salud mental. Esta fecha surgió en 1974, durante el primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología en Córdoba.
Desde En Plural Psicología trabajamos para aportar un espacio para transmitir apoyo incondicional, autoconocimiento y desarrollo personal con tal de poder transmitir la estima y el respeto que tenemos por nuestra profesión.
Por eso, nuestro equipo, en el día de hoy «MUNDIAL DEL PSICÓLOGO»· ha querido compartir que significa la psicología para cada una de nosotras de forma breve y directa, si unimos toda sus ideas quedaría el siguiente significado:
El medio de trabajo de nuestras piscologías es la comunicación, con el tiempo llega a ver un aprendizaje mutuo entre el paciente/terapeuta debido al gran vínculo que se crea, gracias a la vocación del nuestro equipo donde ellas te guían, te acompañan y te sostienen.
Sin nuestros pacientes, nuestra profesión no tendría sentido y por eso durante este mes os hemos preguntado a algunos y algunas de los pacientes que formáis parte de En Plural Psicología que significa para vosotros y vosotras la palabra psicólogo/a. Aquí dejamos algunas de las frases o palabras que nos habéis compartido:
“Ayuda profesional para solucionar un problema que solo no sé gestionar.”, “Aprender sobre mí.” “Buscar respuestas.”
Estamos seguras que más de vosotros/as tenéis vuestra propia reflexión. Si queréis os animamos a compartirla, estaremos encantadas de leerlas y abrazarlas.
Eli Pérez Thompson
Por último, con la finalidad de crear un espacio para la reflexión compartimos un cuento.
Puede que dé que pensar e incluso motive a pedir esa mano amiga que desde En Plural Psicología esperemos sirva para poder encajar las adversidades de la vida:
TODO PASA Y SE ACABA
Cuenta la leyenda, que un rey pidió a los sabios de su corte un anillo especial:
–Quiero que fabriquéis un anillo precioso y para ocultar en él un mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación. Ese mensaje ha de ser muy breve para poder inscribirlo.
Aquellos eruditos habían escrito grandes tratados, pero no sabían cómo darle un mensaje de dos o tres palabras que pudiera ayudar al rey en esos momentos en los que consideraba que esa ayuda podría marcar la diferencia.
El monarca tenía un anciano sirviente, que le dijo:
–No soy un sabio, ni un erudito, pero conozco el mensaje que buscas, porque lo compartió conmigo un sabio hace tiempo-. El anciano escribió tres palabras en un pequeño papel, lo dobló y se lo entregó al rey con la advertencia:
“No lo leas, mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo solo cuando sientas que todo ha fracasado y no encuentres salida a tu situación”.
Cuando hayas fracasado, esto también pasará:
El momento llegó, cuando el país fue invadido y el rey tuvo que huir a caballo para salvarse la vida, mientras sus enemigos le perseguían. Llegó a un lugar donde el camino se acababa al borde de un precipicio. Y entonces se acordó del anillo.
Lo abrió, sacó el papel y allí encontró el siguiente mensaje:
“Esto también pasará”.
Mientras leía aquella frase, los enemigos que le perseguían se perdieron en el bosque al errar el camino, y pronto dejó de oír el trote de los caballos. Tras aquel sobresalto, el rey logró reunir a su ejército y reconquistar el reino.
Cuando estés de celebración, esto también pasará:
En la capital hubo una gran celebración que se prolongó durante varios días. El monarca quiso compartir la alegría con el anciano, a quien agradeció aquella providencial perla de sabiduría.
Le contó cómo aquellas palabras le habían ayudado a no descubrir su posición o a no tirarse por aquel precipicio cuando todo parecía perdido. El anciano, mientras sonreía porque entendía la alegría del rey, le pidió:
–Ahora vuelve a mirar el mensaje.
Al ver la cara de sorpresa del rey, que le costó ver la idoneidad de aquel momento para aquel mensaje, explicó:
“No es solo para situaciones desesperadas, sino también para las placenteras. No es solo para cuando estás derrotado, también sirve cuando te sientes victorioso. No es solo para cuando eres el último, también para cuando eres el primero”.
El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”. Entonces, y solo entonces, comprendió la profundidad de aquellas palabras.
–Recuerda que todo lo circunstancial pasa, ya sea porque se queda atrás o porque te habitúas –le recordó el viejo sirviente–. Solo quedas tú, que
permaneces por siempre. Solo queda el cambio.
Anónimo