El sexo ,a día de hoy, sigue siendo un tema tabú, y más aún cuando existen dificultades.
Sin embargo, acudir a un profesional de la sexología no debería ser diferente a ver a
cualquier médico o especialista.
¿Verdad qué cuando notamos que algo no va bien en nuestra salud visitamos a un
especialista? Pero con el tema de la psicología, y en concreto con la sexología, a veces
resulta muy complicado buscar ayuda, ya sea por vergüenza o desconocimiento.
En España, una sexóloga o un sexólogo debe haber realizado una formación de
postgrado/máster en sexología, pero antes debe haber finalizado una licenciatura,
diplomatura, o grado (en psicología, en medicina, en psicopedagogía, en enfermería, en trabajo social, u otras disciplinas.)
Como veis, un/a sexólogo/a, tiene formación universitaria superior, así que si queréis o necesitáis referencias, estáis en todo vuestro derecho de pedirlas.
Desde la sexología trabajamos desde tres áreas:
1. Educación sexual:
La educación sexual tiene como objetivo proporcionar información y habilidades a las personas para poder tener relaciones sexuales
saludables y seguras. La educación sexual abarca diferentes aspectos, como la anatomía y fisiología sexual, la prevención de enfermedades de transmisión sexual,
la anticoncepción, la diversidad sexual, las relaciones sexuales y la comunicación en la pareja.
2. Asesoría sexual:
La asesoría sexual se enfoca en brindar orientación y asesoramiento a las personas en relación a temas relacionados con la sexualidad, como la elección de anticonceptivos, problemas de deseo sexual, dificultades para alcanzar el orgasmo, problemas de pareja, entre otros.
3. Terapia sexual:
La terapia sexual es un tratamiento psicológico que tiene como objetivo ayudar a las personas a superar problemas sexuales y a mejorar su vida sexual. La terapia sexual puede ser individual o en pareja y se enfoca en abordar problemas como la disfunción eréctil, la eyaculación precoz, la falta de deseo sexual, entre otros.
Ahora bien…¿cuándo deberíamos ir al sexologo o sexologa?
A continuación expondré algunas situaciones dónde puedes contar con la ayuda de un profesional de la sexualidad:
– Falta de deseo sexual: es uno de los motivos más comunes por los que se decide acudir al sexólogo y es que es algo mucho más común de lo que parece. La pérdida de esa “chispa”, ese interés por el sexo ocurre cuando entramos en una etapa de rutina y monotonía, que deriva en una falta de interés.
– Anorgasmia: incapacidad para alcanzar el orgasmo tanto durante las relaciones
sexuales como durante la masturbación. Puede darse tanto en hombres como en
mujeres.
– Disfunción eréctil: se trata de una incapacidad o dificultad para lograr tener y/o
mantener una erección lo suficientemente firme como para mantener relaciones
sexuales satisfactorias.
– Eyaculación precoz: es una de las disfunciones sexuales masculinas más
frecuentes. Ocurre cuando se eyacula antes de lo deseado, de forma repentina al
poco tiempo de iniciar la penetración.
– Vaginismo: se trata de una afectación sexual que provoca una contracción y tensión
de la musculatura de la vagina de forma involuntaria. Esto no solo ocurre en respuesta a la penetración sino que también aparece en otras situaciones como visitas al ginecólogo o en la introducción de tampones/copas vaginales. Cabe destacar que el vaginismo NO está relacionado con el tamaño de la vagina, sino que es la tensión de la musculatura que genera contracción.
– Dispareunia: se caracteriza por la presencia de dolor durante las relaciones
sexuales. Puede aparecer antes, durante o después de la relación sexual y el dolor
puede estar localizado en la zona genital o pélvica.
– Educación afectiva-sexual: este tipo de educación busca no solo proporcionar
información sobre aspectos biológicos y de salud sexual, sino también desarrollar
habilidades de comunicación, relaciones interpersonales, autoconocimiento,
autoestima y respeto hacia uno mismo y los demás.
Es importante añadir que estos trastornos pueden tener un origen psicológico u orgánico por lo que es imprescindible realizar una exploración previa de la dificultad o molestia para descartar la organicidad.
La figura del sexologo/ sexologa no solo está para trastornos o enfermedades, también
puede ofrecerte asesoramiento sobre como superar una infidelidad, celotipia, rupturas, infecciones de transmisión sexual, orientación-identidad y
desarrollo sexual, anatomía, adaptación del sexo en las etapas vitales (embarazo,
menopausia, enfermedad, accidentes…).
Paula Celestino López