Soy la hija de esa mujer a la que un día callaron la voz a manotazos, soy la hermana de esa mujer a la que no permitieron crecer y aspirar a sus sueños simplemente por ser mujer, soy la amiga de esa mujer que sufrió abuso sexual por ser demasiado guapa, soy la madre de dos hermosas mujeres que tienen muy claro que ser mujer es un hándicap pero aun así luchan contra la desigualdad y yo soy la mujer a la que silenciaron su infancia a golpes de miedo y de castigos pero aún así se creció para trabajar para sus iguales y eliminar esta lacra social.
Porqué lo merecen todo….Porque lo merecemos todo. Y a ti compañera te pregunto ¿qué tipo de mujer eres tú?
Porqué hablar de nuestras vidas conlleva de una forma u otra hablar de violencia.
Todas y cada una de nosotras llevamos el peso de esta pesada mochila que nos hicieron cargar, en cualquiera de sus facetas bien sea física, psicológica, económica, estética o sexual unas veces en formas tan sutiles que incluso normalizamos, no detectamos y se nos pasan por alto y otras de forma tan extremas que tendemos a esconder porqué nos avergonzamos.
Y es aquí donde me quiero parar a reflexionar, en la vergüenza. Porque nos avergonzamos nosotras de los actos violentos que realizan a nuestra persona cuando nosotras no tenemos ninguna responsabilidad. Pero mientras la mujer este relegada a la esfera de lo íntimo, del cuidado y del bienestar y el hombre a la esfera de lo público, del poder y del control esto seguirá pasando porque nosotras nos autoconvencemos de que no tenemos voz y de que hay algo en nosotras que se debe esconder y por eso callamos porque tenemos eso que es “malo” que nos hace objeto y no sujeto de la violencia. Que bien montado lo político y social para mantenernos dóciles y calladas, y que alegría me da ver que cada vez hay más mujer empoderada que se levanta para denunciar no solo la violencia hacia ella misma sino también cualquier tipo de acto violento hacia las demás intentando luchar por la igualdad.
Compañeras, amigas, madres y hermanas la sororidad es un acto de amor propio y de amor a los demás, hay que recordar que si nos dañan a una nos dañan a todas y creo que a estas alturas del cuento el amor hacia una misma y hacia los demás, el cariño, la compasión, la justicia y la empatía debe primar.
Creo que denunciar cualquier tipo de acto violento hacia las mujeres y a cualquier otra persona en general nos llevará a ser más libres así que apartemos nuestra vergüenza socialmente inculcada y alcemos nuestra voz diciendo “yo si te creo” y “ ya no lo tolero más”.
María Victoria López Oliva
Que te digo que no sepas?eres maravillosa,gran mujer,gran profesional y me consta que gran madre!ole tú!y sí a veces nos cuesta querernos ,pero estamls en el buen camino ,gracias por tu labor y por ayudar a tanta gente a ser un poco más feliz!